Lenguaje administrativo
Mi reflexión se dirige a la pura
actividad administrativa, en relación al lenguaje utilizado en los documentos
administrativos.
En toda actividad de la
administración debemos evitar las situaciones de discriminación. En la
comunicación escrita y hablada de la Administración pública se deben emplear
los recursos necesarios para evitar un vocabulario discriminatorio, sirva como
ejemplo cómo hemos de referirnos a los cargos y puestos, en los que se puede
comprobar en los documentos administrativos cierta confusión al nombrar o identificar
cargos y puestos diversos, como por ejemplo, la jefe de servicio, el jefe de
servicio…
Si se conoce quién ejerce el
cargo o puesto, se debe usar el género que corresponda, masculino o femenino: La
jefa de servicio, El jefe de servicio, La directora, El director, La presidenta,
El presidente…
Si se desconoce el género de
quién ocupa el puesto, se acudirá al uso de barras, incluyendo los dos géneros:
El/la jefe/jefa, La directora/El director…
Si no se sabe quién ejerce el
cargo o puesto, se debe acudir al uso de barras y desdoblamientos: El/la Jefe/Jefa,
La Directora/El Director…
Con ello conseguiremos hacer un
uso no discriminatorio del lenguaje en el ámbito de los documentos administrativos.
Completamente de acuerdo con tu reflexión. Parece absurdo tener que utilizar el género masculino cuando quien ocupa el puesto de trabajo es una mujer. Algo que aún persiste en la Administración.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Amaia, poco a poco iremos adaptando el lenguaje administrativo a un lenguaje igualitario.
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